Frío

Me dejo guiar por los días grises y las gotas de cristal que se suicidan en el asfalto y en mi cuerpo... El viento, tan suave y frío, como tus palabras, que las releo y siento como me suben hasta el cielo y luego me bajan de golpe, para luego dejarme tirada en el piso, que me recibe y me mira de una manera tierna, pero aún así es frío...
Por otra parte, los días grises y fríos, son como un dulce que hay que comérselos lentitos, para así disfrutarlos al máximo... Si hasta un simple helado toma otro sabor... Aaayyy!! Que hermosos son estos días de otoño, aunque no tenga con quien pasarlos, no importa, porque siguen siendo hermosos.

Esto es todo

Tengo diez cuadernos con palabras perdidas, un móvil que por más que quiere sonar no suena, cinco amigos, un pendrive que me dice cosas en clave, dos cartas que nunca entregue, quince frases que ya no me sirven, cuarenta y cinco libros que me gustan mucho, un lápiz tinta gel de color azul pilot que ya no ocupo, un anillo de plata que me queda grande y que me acompaña siempre, un rollo de cámara fotográfica que no me atrevo a revelar, treinta escenas espectaculares de mi propia película, una mano que me suplica que no la golpee más contra la pared, una maleta de recuerdos que ya no puede más, un computador agónico que me aguanta, miles de preguntas sin respuestas, dos promesas por cumplir, tres sueños por realizar y por último un silencio que se ahoga en el mismo.

Venganza

Y cada día esto se me vuelve más pesado y los malos pensamientos y las voces no paran y cada noche escucho una voz que me dice: “véngate, véngate de todos los que te han hecho daño y cuando los veas en el piso, escupeles la cara”... Pero no puedo, no puedo vengarme porque nunca he sido así, no quiero vengarme, no quiero que estos pensamientos y voces se apoderen de mí, aunque perdonar tampoco es mi fuerte pero: ¿Qué puedo hacer? Acaso, tengo que hacerles lo mismo que me hicieron ellos, y cada día tengo más rabia, porque Dios no me ayuda, no me da la mano que necesito y a veces llego a perder la fe por eso. ¿Será bueno vengarme? ¿Dios me ayudará? Por ahora solo esperare y me tragare todo lo que siento y llevo por dentro.

¿Qué tengo que entender?

Hoy te vi en el metro, yo iba con ganas de tirarme a la cama y dormir, pero... No me hablaste y eso que estábamos a menos de cinco pasos de distancia, ibas con unos lentes de sol, en los primeros segundos pensé que no me habías conocido pero, me miraste, te paraste del asiento y te fuiste para atrás y te sentaste en el último vagón, dándome la espalda. Y ¿Sabes? Eso me dolió mucho, porque si bien fue mi culpa... Yo he pagado un precio muy alto por ello y aunque ya no me hables y yo este muerta para ti, igual sigo creyendo en aquella frase que dice: “Aunque no estemos presente de cuerpo, si lo estaremos de corazón” Pero esa actitud de cobardía que tuviste hoy, no se me va a olvidar.
Por otra parte, sé que no firmaste ningún contrato de amistad conmigo, pero las cosas se conversan de frente y uno no se va arrancando por la vida para no encontrarse por culpa del destino... ¿Qué significa? ¿Dónde van a quedar las palabras? Y sí es que a lo mejor, fui lo que me dijiste alguna vez buscame... Ya no sé qué tengo que entender, ya no sé que pensar, ya no sé nada.